jueves, julio 31, 2008

SABIDURIA DE SAN IGNACIO DE LOYOLA

Queridos amigos: aqui les van unas fracesitas de nuestro santo fundador, "extraidas", de un cuaderno de espiritualidad del CEI, que lleva el mismo titulo (N°100), conmemorando la celebracion del Santo, este 2008.

“El amor se debe poner más en las obras que en las palabras” (EE 230)

“Llamo consolación, cuando en el alma se produce alguna moción interior, con la cual el alma se inflama del amor de su Creador y Señor y en consecuencia ninguna cosa creada bajo la faz de la tierra, puede amarse en sí, sino en el Creador de todas ellas.” (EE 316)

“No debe ser corto aquél con quien Dios nuestro señor ha sido tan largo con él... A los que quieren, nada hay difícil, sobre todo en las cosas que se hacen por amor de nuestro señor Jesucristo” (Carta a su hermano Martín)

Dice San Ignacio: “¿Quieres ayudarte?, ¿Quieres progresar?, Ayuda a tu prójimo.”

“Si pudiese morir mil veces al día de cualquier muerte, por la salvación de una sola persona, gustosamente me ofreciera”

“Observamos a menudo que los que son de una disposición dura y difícil por nacimiento y no obstante han logrado dominarla a fuerza de valor, son capaces de realizar grandes empresas en el servicio de Dios; porque esa misma dureza y porfía natural, cuando es llevada a asumir cosas espirituales, no se satisface con un bien mediocre, ni se debilita fácilmente”.

“Sea esta la primera regla de la acción: confía en Dios como si el éxito de las cosas dependiera en todo de ti y nada en Dios, sin embargo, pon en ellas todo tu empeño como si Dios fuera a hacer todo y tu, nada”.

“El que da Ejercicios, si ve a quien los recibe, que anda demasiado consolado y con mucho hervor, de prevenir que no haga promesa ni voto alguno inconsiderado o precipitado y más aún si se le considera de ligera condición, le debe prevenir”. (EE 14)

”Es propio del enemigo enflaquecerse y perder ánimo, dando huída a sus tentaciones, cuando la persona que se ejercita espiritualmente pone mucho rostro contra las tentaciones del enemigo, haciendo todo lo opuesto y por el contrario si la persona que se ejercita comienza a tener temor y a perder ánimo en sufrir tentaciones, no hay bestia tan fiera sobre la faz de la tierra como el enemigo de la natura humana, en prosecución de su dañada intención con tan crecida malicia” (EE 225)

“En tiempo de desolación nunca hacer cambios, mas estar firme y constante en los propósitos y determinación, en que estaba en el día previo a la desolación o en la determinación de la antecedente consolación” (EE 318)

San Ignacio, al ser consultado sobre algún asunto respondía habitualmente “Es menester dormir sobre ello” haciendo mención a orar sobre el tema en cuestión y dar una respuesta al día siguiente.

“El que está mal sospecha fácilmente de los demás, como el que sufre de vértigo cree que todo se mueve a su alrededor”

“Muy especialmente ayudará hacer con toda devoción posible los oficios, donde se ejercita la humildad y caridad” (Const. 282)

“Será en verdad más grande el que en esta vida se hace más pequeño”

“Hablar poco y tarde, oír largo y con gusto... La despedida presta y graciosa”

“Cuanto más nuestra alma se halla sola y apartada, se hace más apta para acercarse y llegar a su Creador y Señor, y cuando más así se allega, más se dispone para recibir la gracia y los dones de la bondad divina” (EE 20)

“En dos cosas advertiremos, la primera es que si hallo lo que quiero de rodillas, no pasaré adelante y si postrado, asimismo. La segunda, en el punto en el cual hallare más gusto, ahí me reposaré sin tener ansia de pasar adelante hasta que me satisfaga” (EE 76)

“No el mucho saber harta y satisface el alma, más el sentir y gustar de las cosas internamente” (EE 2)

“El coloquio de la oración se hace propiamente hablando, como un amigo habla a otro amigo o un siervo a su señor, a veces pidiendo alguna gracia, culpándose por algún mal hecho, comunicando sus cosas y queriendo consejo en ellas” (EE 54)

“No querer ni buscar otra cosa alguna, sino en todo y por todo mayor alabanza y gloria a Dios nuestro Señor. Porque piense cada uno que tanto se aprovechará en todas cosas espirituales, cuando olvide su propio amor, querer e intereses”. (EE 174)

“El camino más corto y casi el único para la santidad es aborrecer cuanto el mundo ama y abraza”

“El hombre es creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor y mediante esto salvar su alma” (EE 23)

“La persona que se ejercita, por hacer contra a la desolación y vencer las tentaciones, debe siempre estar en oración un poco más de la hora cumplida, porque no solo se acostumbre resistir el adversario, sino derrocarle” (EE 13)

“El que vive en el Espíritu y en la oración puede caer en dos cosas opuestas: sentirse demasiado consolado y así llenarse de vanidad, o sentirse muy árido y así caer en desaliento”

“Cuando la caridad y la cortesía no son sinceras, no son más que vanidad y engaño”

San Ignacio prestaba más atención al fin de una empresa que a su comienzo.

MAR POR GAS

En Chile el asunto de las relaciones bilaterales con los vecinos, peruanos, argentinos y bolivianos, se ha vuelto tema de diálogo nacional, desde la presidenta de la república, hasta para el más común de los chilenos. Para Perú el cuento es que nuestro país no compre más botes peligrosos o tanques amenazantes que perturben la tranquilidad y la paz del sector, que por lo demás este proceso parece ser para Chile tan solo una renovación normal dentro de su programa de modernización y profesionalización. Pero, que además se ve condimentado por el tema marítimo donde tendremos que pensar en “devolver” un trozo de mar territorial que hipotéticamente debemos a Perú. Y en la Paz, Bolivia, parece ser que el rollo se trata de conseguir a cualquier precio y utilizando cualquier artimaña, un pedacito de mar por ahora chileno, pero que para poder tenerlo necesita la venia de su aliado histórico, Perú, el cual parece no estar muy dispuesto a colaborar, por lo meno es ese tema. Por decirlo de algún modo simpático, de película.

Lo mejor que podemos hacer por ahora, es intentar que el mejicano González (Dr. Simi) instale una farmacia en La Paz, donde le puedan vender aspirinas a precio de huevo y por cantidades industriales a todos los bolivianos; porque lo que es en Chile, no hay luces de que un trocito de mar sea dado, prestado, concedido, ni concesionado al país altiplánico. Una encuesta realizada por el equipo del Diario “La Tercera” (Domingo 26 de marzo, 2006) dejo muy en claro que el 62% de los alrededor de 430 encuestados, ni siquiera piensa en dar un metro de playa chilena y muchos de ellos no considera que esto obedezca aun tema de justicia histórica, y solo se concedería un pedacito “prestado” a cambio de convenios principalmente económicos. Estos acuerdos principalmente enfocados en el gas, que de todos modos nos estamos quedando cortos de ese combustible, del que proviene desde Bolivia, que por lo demás acaba de nacionalizar su recurso, con lo que deja en una inestable situación a las empresas que trabajaban generando recursos para el país de esta explotación. Y por otro lado nos cortan desde Argentina, porque el cuento del gas de nuestros queridos hermanos argentinos es tema de debate hace bastante rato y amenazan constantemente con “cortar el gas”, a pesar de que una gran porción de ese gas combustible no entra a Chile por cañerías, sino transportado en camiones, que por lo demás están muy lejos de dejar de hacerlo, porque para las compañías productoras de gas argentinas, las empresas del rubro en Chile son clientes preferenciales. Aunque de todos modos se las arreglan para hacerle la vida imposible a los chilenos que trabajan trayéndonos gas cruzando a diario la cordillera.

Sin duda parece que con un trozo, de dimensiones aun no determinadas se arregla el asunto al menos con Bolivia, a pesar de que la situación diplomática no sea muy ágil, ni menos agradable, pero me cuestiona fuertemente la insistencia boliviana, debido a que han basado sus justificaciones de su magro crecimiento económico y escaso desarrollo social a la no existencia de un “mar de Bolivia” y a su condición mediterránea que es en teoría responsabilidad chilena, existiendo por el contrario sobrados ejemplos de países, por cierto no latinoamericanos, que no tienen ni si quiera el arena de una playa y dejando atrás los resentimientos de la postguerra, se han puesto a trabajar, logrando ser con esfuerzo e inversión en desarrollo, sobretodo tecnológico, potencias de importancia mundial. Y por otro lado tenemos países muy costeros como Chile que posee miles de kilómetros de playa y que sin embargo, ha sido incapaz de generar una política de desarrollo que saque real partido a esas costas.

No es necesario recorrer todo chile para darse cuenta de las condiciones de abandono y pobreza de las caletas o pueblos de nuestra costa. Son lugares de tránsito turístico estival, pero que quedan en el más completo olvido en marzo. Podemos maravillarnos cuando logran un cierto desarrollo “urbano”, pero que está dado por los “nuevos” habitantes de la costa que NO VIVEN en el lugar. Aquí el modelo neoliberal y la economía de libre mercado no han llegado aún, la única economía que existe es la de trabajar a pulso la tierra y el mar para tener para comer, done las compañías de telefonía celular no tiene señal y el único medio de transporte no es un metro sofisticado, ni un auto de “tuning”, si no caminar empinados cerros o andar a caballo.

Finalmente llego a la raíz (según mi óptica) de muchos de nuestros y de otros problemas, y es que la gran mayoría de estos temas, “me das mar y de te doy gas, o mar por gas”, los arreglan o los discuten tipos o tipas que no saben cuanto cuesta un cilindro de gas, no saben cuanto gasta el calefón o lo difícil que es calefaccionar una casita pequeña con un brasero. Todos estos temas muchas veces meramente económicos pasan siempre porque se manejen asuntos políticos, se generen políticas, se creen comisiones, se aprueben proyectos, se establezcan normas, se destinen fondos o se nombre a alguien que resuelva el tema o bien si no tiene solución, a ese recién nombrado le podamos cargar el muerto. Mientras transcurre la espera, el único que se jode esto es el ciudadano común y corriente que tiene trabajar como todos los días, sin importar quien este en la silla grande, de lo contrario su familia no come, y sus hijos no pueden tener educación y que si no tiene plata para pagar el gas, se lo cortarán aunque lo estén regalando al otro lado de la cordillera y no le quedara otra que abrigarse para no morir de frío.

¿Dónde tenemos que poner nuestra esperanza? Un cristiano no puede quedarse esperando políticas, ni comisiones, ni proyectos, ni que destinen fondos, ni esperar a que regalen un pedazo de mar, para tener gas y estar calentito. En otras palabras cambiaremos este mundo tan quebrado, cuando inyectemos la vida de Cristo en nuestra sociedad, en nuestras leyes, en nuestra política, en todas las relaciones. ¿Quién lo va hacer? ¡Ustedes! (Nosotros) Si no lo hacen los laicos, no esperen que el mundo se componga. El mundo será fermentado en el Reino de Dios, si de verdad los cristianos se proponen a no vivir una fe tan pobre, una fe tan miedosa, una fe tan tímida; sino que de verdad cuando comulgues, recibas fuego”[1]. Debe sentirse lleno del fuego de Cristo[2], ese calor verdadero debe alimentar su esperanza, debe ser el GAS que de calor a su familia y a su trabajo. Ese fuego de Cristo que ha encendido muchos otros fuegos[3], como el de Hurtado (San Alberto, por si alguien ya lo olvidó!!!). Un cristiano es un hombre de acción, alguien que debe salir al encuentro de los demás para servirlos, no para servirse de ellos, guiado por el Espíritu, la flama que esperamos recibir al igual que los apóstoles en Pentecostés.

Es probable que la polémica del gas o la del mar nos quede muy lejos a cada uno y sea muy poco lo podemos influir, pero si verdad nos metemos en la Iglesia y nos creemos el cuento, a todos los asuntos de la vida cotidiana podemos impregnarle un aroma a Jesús, de modo de darle un sentido cristiano a todo, y de verdad veremos que las situaciones más difíciles adquirir un significado distinto. Las discusiones políticas que pueden no llevarnos a ningún lado, los problemas de dinero que siempre escasea, los de la familia que todos los días nos sorprenden o los del trabajo que agotan, pero que hay que vencerlos a diario, pueden verse con nuevos ojos. Los ojos del que no está muerto, si no que ha vuelto a la vida por mí y por todos. Jesucristo.

[1]. Homilía 28/5/1978. Monseñor Oscar Romero (1917 – 1980)
[2] Lucas 12: 49
[3] Un fuego enciende otros fuegos – páginas escogidas del Padre Alberto Hurtado. Editorial PUC

VERSOS A MARÍA

Madre querida, esclava del Padre, antes de
conocerlo, antes de recibirlo en tu vientre
materno y fecundo.

Sierva humilde, madre tierna, esposa fiel,
de corazón dulce y manos cariñosas, mirada
transparente y regazo puro.

En tu vientre se encarnó el Cristo, en tu
corazón, la fuerza de una joven judía, llena
de gozo y felicidad.

Llena de dicha aceptaste los fuertes dolores
del parto, sobre la cama de una pesebrera
de Belén.

Tu corazón guardó las caídas de la infancia,
los extravíos, las frases, alegrías y llantos de tu
pequeño Jesús.

Con orgullo, viste crecer al hijo del carpintero,
amigo de pescadores y marginados. Defensor de
los sin voz, son ojos, sin oídos y sin manos.

Madre valiente, acompañaste al hijo, en
sus horas más amargas, que fueron amargas
también para ti.

Tu dolor, me consuela, tu ejemplo de
fidelidad al pie de la cruz, me conforta,
tu amor con los once, me levanta.

Querida Madre mía, quisiera llegar a rozar
tu misterio, a comprender tu grandeza, a
reír contigo, a llorar contigo, sentir tu fuerza.

Madre querida, que a todos nos haces hermanos
no quites tu mirada de nosotros, para que Él
también nos mire siempre.

Guárdame en tu corazón, protégeme; dame
valor y paciencia, para seguir a tu hijo, fortalece
mi carne débil y mi espíritu frágil.

María de Nazaret, madre mía y de mis hermanos,
rostro de perpetua humildad, corazón de eterno amor,
camina conmigo, dame tu consejo.

Recíbeme contigo, cuando la tarea que tu hijo
me encomienda cada día y
que a tu lado vivo, se haya cumplido.

miércoles, agosto 01, 2007

EL DINERO NO TIENE ESPIRITUALIDAD

Durante algún tiempo le he venido dando vueltas a un tema no menor hoy por hoy. Me quiero referir al dinero y todo lo que ello implica que por lo demás son muchas cosas.

Durante mucho tiempo de nuestras vidas esta cuestión del dinero pasa frente a nuestras narices sin tener o conllevar mucha importancia y me refiero al hecho que cuando somos niños el dinero importa bien poco, no va mas allá de trocitos de metal con monitos en ambos lados o papeles con señores de bigote dibujados en ellos. La conciencia primera del dinero al menos para mi comienza al darme cuente que como dice el dicho “con monedas, se compran dulces”. Por mucho tiempo fue así y que daría porque volviera a ser así. Avanzando en edad creo que no recuerdo el punto preciso en donde el dinero tomó importancia, aunque no se si importancia sea el adjetivo más adecuado, diría mejor relevancia. Si me acerco a la época de la universidad, creo interpretar a la gran mayoría, pienso que todos los que entran a estudiar algo luego del colegio, no lo hacen para terminar pidiendo monedas en la calle, sin desmedro de las persones que por diversas razones y circunstancias han tenido y tienen que hacer esto para tener algo que poner en la olla, lo dice el evangelio: “quien a su hijo le dará una serpiente si pide un trozo de pan”. Y esto pasa simplemente porque todos quieren ganar el justo dinero que merecemos gracias al esfuerzo de haber estudiado unos largos años y haber pagado por hacerlo o que por lo menos nuestros padres, a veces con gran esfuerzo pagaron por nosotros..

Sea cual sea tu profesión u oficio, Médico, Abogado, Profesor, Gásfiter, Electricista, Zapatero, da lo mismo, cada uno busca incansablemente, conciente o inconcientemente, tener algo de dinero con su trabajo, y cuando se consigue, la verdad se siente una satisfacción bastante especial, especialmente si te has roto el lomo para obtener ese medio. Muchas veces este medio traspasa todas las aspiraciones personales, porque lo que se busca no es el propio bienestar, sino de los que están más cerca, la madre, el padre, la abuela, los hermanos, sobrinos, los hijos, etc. Pero del mismo modo ese medio, inicialmente noble, el de conseguir tener “unas lucas” en el bolsillo, se ve corrompido en si mismo, cuando el dinero en si se torna un objetivo, un punto final en sí.

Son muchas las imágenes que muestran a Jesús rechazando determinantemente el apego enfermizo al dinero, sin embargo la imagen del diálogo conmovedor que tiene con el joven rico, es quizá el mejor ejemplo, tan buen ejemplo que al menos tres evangelios relatan este encuentro [Marcos 10: 17-31, Mateo 19: 16-30, Lucas 18: 18-30], presento la escena al modo de Lucas; “Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico. Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”. Como para pensarlo no…

Sin embargo, son también muchos los ejemplos donde Jesús redime públicamente a quienes se despojan del dinero o bien lo utilizan en pos de la salvación. Por ejemplo; la ofrenda de la viuda pobre [Lucas 21: 1-4, Mc 12: 41-44], el Fariseo y el Publicano [Lucas 18: 9-14], Jesús llama a Mateo [Mateo 9: 9-13, Mr. 2.13-17; Lc. 5.27-32], Jesús y Zaqueo [Lucas 19: 1-10], Las bienaventuranzas [Mateo 5: 1-12, Lc. 6.20-23)].

Para mi el mensaje es claro, para Jesús, al menos, el dinero, los valores y las pertenencias, carecen de cualquier relevancia a la hora de ganar puntos con “el Patrón” como le llamaba San Alberto Hurtado SJ, es más, nuestro Santo llama a despojarse de él, o al menos de tomar conciencia cierta que no es lo más importante y que no es más que solo un elemento, sólo un medio, útil por cierto, pero que no nos pone en sintonía con el mensaje que Jesús intentó incansablemente transmitir. Puedo decir por tanto con toda tranquilidad que el DINERO NO TIENE ESPIRITUALIDAD. No sirve para transmitir una experiencia de fe, no nos es útil para llevar a otros nuestra vivencia espiritual, nuestro particular modo de vivir y transmitir la necesaria confianza fundamental que tenemos en Jesús y su mensaje, es decir nuestra espiritualidad.

Sin embargo, el modo de actuar no está tan claro, porque hoy por hoy, cada día cuesta más y más despojarse del dinero, de las pertenencias, para ganar en libertad, en caridad efectiva y operante, que sea verdadero reflejo de lo que nuestra fe y nuestra propia y única espiritualidad nos demanda y exige. No es raro encontrarse con hermanos que se pelean como hienas por un cadáver al momento de repartir una herencia, padres e hijos que discuten por cuentas, familias enteras en discordia por el dinero. Nadie quiere pagar la cuenta del restaurante o invitar un par de copas o simplemente pasar a dejar a un amigo a su casa porque la gasolina es cada vez más costosa. Probablemente la gasolina no nos lleve nunca a encontrarnos con Dios, ni encienda ningún motor que mejore nuestra espiritualidad, pero si una pequeña chispa puede encender nuestra caridad y nos lleve a tomar nuestros miserables bienes con libertad que nos permita en cualquier momento de nuestras vidas, si las circunstancias lo demandan, dejarlo todo y seguirlo, como muchos ya han hecho, y quizá podamos algun día imitar.

martes, agosto 22, 2006

BIENAVENTURA2

Bienaventurados los que tienen espíritu de pobres, porque de ellos es el Reino de los cielos [Mt 5: 3]
Porque para ellos la vida típica y cotidiana es sencilla, para nada compleja.
Felices son porque gozan con lo simple, lo simple de un café humeante,
de un cigarro que se quema, de un tomate y un ají verde, felices porque
lo importante no es la cáscara, sino ya yema, la nuez, porque
no miden por lo que tienes ni llevas, si no por todo lo que
eres, vales o significas, felices porque viven ya en el Reino,
porque las cuentas y las deudas no les dan ulcera, no los estresan.
Felices, porque una simple risa les basta, porque una caricia
los sacia, felices por ser de espíritu sencillo, al modo del
perro quiltro, del gorrión, o de la paloma sin hogar y sin rumbo.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados [Mt 5: 4]
Los que no lo pasan bien, los que están o se sienten tristes,
que lloran un dolor, una pena, una enfermedad, un cáncer
un SIDA, un transplante, una muerte, un vacío o una soledad.
Felices los que sin lágrimas por dentro llueven su alma
los que callados buscan una firmeza; felices los que
al viento son azotados, los que naufragan, los consumidos
por la tormenta, los que no ven la salida, cuando no la hay.
Felices los tristes, porque Cristo el Señor está con ellos,
felices los apenados, los aporreados, deprimidos, los que
están o creen estar solos; porque Jesús los acompaña.

Bienaventurados los pacientes, porque ellos heredarán la tierra [Mt 5: 5]
Los incansables y porfiados luchadores de cada día, de
los pequeños actos, y de grandes victorias. Felices los
Alberto Hurtado, las Teresa de Calcuta, ellos ya
recibieron su herencia. Alégrense los que con toda calma
saben esperar, peleando, haciendo, trabajando, rezando.
Felices los que también se cansan, pero persisten, los que
caen, pero se levantan; felices los que duermen, pero
esperan, felices todos los que confían y creen sin ver,
sin tocar, felices todos los que alegres descansan en Él,
y en Él depositan su esperanza.

Bienaventurados los que tiene hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados [Mt: 5: 6]
Hambre y sed de alegría, hambre y sed de justicia de verdad,
no de amnistía, de responsabilidades, no de disculpas.
Hambre y sed de aparecer y saber; felices los que no
encuentran la verdad, hambre y sed de puertas y ventanas
abiertas, de manos abiertas y extendidas, de brazos en alto
dispuestos a remediar; felices las víctimas de los humanos sin
derechos, porque Él llenará sus penas de amor y reconciliación,
de perdón y de esperanza. Felices los pisoteados y
maltrechos; porque quedarán obesos del Señor,
hipertensos de su consolación y diabéticos de su ternura.

Bienaventurados los compasivos, porque ellos obtendrán la misericordia [Mt 5: 7]
Los que ven el dolor en sus hermanos, no los de sangre,
los otros, los que sufren con otros. Felices los que
se hacen uno con el parto y con los dolores de la parturienta,
alégrense los que olvidándose de ellos, curan las
heridas de extraños y vagabundos, porque ellos serán
capaces de amar de verdad, sin falsas caras, sin
vergüenza; felices las enfermeras, los doctores, los
sicólogos, terapeutas, abogados, dentistas y matronas
porque ellos viven en medio del dolor: porque no pierdan
el asombro, que los haga más que doctores; personas

Bienaventurados los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios [Mt 5: 8]
Lo verán y estarán con Él por siempre, por ya lo están,
porque no necesitan coraza, porque su corazón es transparente,
felices los que confían, los que dicen la verdad, los que siempre
esperan y creen en el otro porque sabrán ver la bondad del
mendigo, del pobre, del flaite y del amigo.
Felices los que no guardan rencor, porque ellos están en
extinción, felices los perdonadores, los contentos, no por
ellos, sino por los demás, los alegres por su vecino
o por el compañero de trabajo, porque su alegría
se contagia, irradia, da inmunidad y prende fuego.

Bienaventurados lo que trabajan por la paz, porque ellos serán reconocidos como hijos de Dios [Mt 5: 9]
Felices los que ponen el pecho a las balas por otros,
los que murieron y morirán aun, en mi país o en otro
Felices los de Beirut, Irak, Yugoslavia, Servia, El Salvador
India, China, Japón, en donde halla conflicto, porque serán
bendecidos con la paz. Felices los Ghandi, los Luther King
los Romero, los Silva Enríquez, los Juan Pablo II, porque ellos
ya trabajaron por la paz y son llamados hijos de Dios, Felices
los anónimos soldados, los guerrilleros y los caudillos, por
haber pelado por una causa justa, felices los cascos azules
y los verdes también, felices los muertos que descansan de la guerra.

Bienaventurados los perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los cielos [Mt 5: 10]
Felices porque no descansan, quien hace el bien
nunca caducará su contrato, siempre tendrá algo que hacer.
Felices los que no se cansa de salvas, de querer y d amar,
los que hacen el bien y no creen, porque ellos deben ser
mirados como ejemplo, felices los que cruzan el mar para
no ver morir a otros, los que no son comprendidos en sus
luchas, los que no reciben recompensa, los que solo
ganan bofetadas, porque ellos comprenden mejor la Pasión
del Señor, felices porque el Reino ya les pertenece, porque
dieron lo que había que gastarse y hasta la ultima gota de sangre.

Bienaventurados los perseguidos por seguir a Cristo, porque será grande su recompensa en el cielo [Mt 5: 11]
Que los persigan aún más, porque de ellos nos alimentamos
con su ejemplo, felices los que por seguir a Cristo mueren,
sufren, lloran o quedan abatidos, porque
serán recordados como hijos de Dios, hermanos
de Cristo e Hijos de María. Felices porque su paga
está ganada, porque el dolor ya cobró su impuesto
y la devolución será en el Reino, junto al Padre.
Felices los que aun no lo han pasado mal por Cristo
porque lo pasarán, y serán plenos cuando su rostro
cariñoso, los mire y les sonría.



Gastón Rivera C.

martes, mayo 30, 2006

COMPARTIMOS EL PAN, PERO NO LA MESA

Conversando con un amigo muy querido, sobre el ir o no a misa, a tal o cual misa, con tal o cual cura, surgió un tema de reflexión, que me ha interpelado y dado mucha vuelta este tiempo. El me decía que le dolía el corazón de ir a una misa en particular, celebrada por un padre jesuita, porque le daba la impresión que estaba hecha para las personas que han logrado un status socioeconómico alto, en donde llega toda la familia, con los hijos, con los nietos, en enormes camionetas o autos muy caros, “todos lindos y arregladitos”. Y porqué este amigo muy querido mío, no se sentía llamado o más bien invitado a esta misa, eso me da tanta vuelta en la cabeza.


Al parecer lo central de su reflexión es, a mí entender, que muchos de los que allí asisten a la misa, lo hacen por muchos motivos que no parecen “comulgar” mucho con el modo de Jesús. Van a la misa de este padre jesuita, porque el estacionamiento es amplio para sus grandes y caros vehículos, esta vigilado y además permanece cerrado durante la misa, lo que es una gran comodidad que no todas las parroquias tienen. Otro ingrediente, hay calefacción, así que estamos todos calentitos para escuchar la palabra del Señor cada domingo, otra comodidad que garantiza que la gran mayoría de las damas, permanentemente friolentas, no se entumezcan. Otro factor, casi toda la gente que asiste, pertenece casi al mismo nivel social, que podemos clasificar como ABC 1, lo que garantiza cierta exclusividad y evita “contaminaciones” indeseables, muchas veces que hacen que nos alejemos de las parroquias, por “bajar de nivel” o por que allí va gente “común” o definitivamente están llenas de “rotos”.


Otro punto de su reflexión y el más vital, me decía este amigo querido, cuántos de estos que están aquí hoy, compartiendo el pan con todos los demás en la misa de domingo, sin embargo probablemente nunca han compartido la mesa con sus empleados o con otros que sean más sencillos que ellos. Y no hablo solo de compartir una misa con sus compañeros de trabajo o con los empleados, sino del simple hecho de sentarse en una mesa grande, común, donde se siente el patrón y el empleado, o el gerente con la secretaria y el junior a compartir el pan, simple y humeante del desayuno.


He aquí el punto de inflexión, está muy bien que la gente tenga el justo premio a su trabajo, logrando un estrato socioeconómico favorable, que clasifiamos ABC 1, y que ésta vaya a la misa, pero me parece que no asiste a una verdadera eucaristía, si están allí y asisten regularmente, por las “comodidades” relativas del lugar, por la “exclusividad” o el lindo discurso del padrecito jesuita y no están allí porque quieren encontrarse verdaderamente con Cristo que se ofrece en sacrificio vivo, por los que están presentes en el lugar de la eucaristía. A veces se puede ver con lástima como un signo de asenso social, el cambiar la misa de la parroquia, por otra de “mejor nivel”, en el centro o en otro lugar.


Eucaristía viene de la palabra griega eukaristos, que significa, acción de gracias
[1] y esta acción de gracias nació como una modesta y austera cena de celebración, que se relata continuamente en el Antiguo Testamento, como testimonio de la LIBERACIÓN de la esclavitud en Egipto, pero que cobra su mayor sentido en la ultima cena del Jesús con sus apóstoles[2], donde el cordero parte y comparte el pan, su propio Cuerpo, y el vino, su propia Sangre, que es ofrecida en sacrificio por sus amigos, siendo de este modo la máxima expresión del don de sí. Sin embargo, Jesús no celebra para Él el sacrificio, si no que COME EN EL MISMO PLATO[3] con sus compañeros, comparte el pan, pero también la mesa, con ellos.


Jesús fue objeto de muchas críticas en su tiempo y especialmente por hacer esto que hoy tanto nos complica, compartir el pan y la mesa con otros y especialmente si son distintos a mí, si no son de mi nivel socioeconómico o nivel al que aspiro pertenecer. Jesús se caracterizó en su vida pública por no ser exclusivo, ni menos excluyente, si no todo lo contrario, inclusivo e incluyente. Compartió la mesa con cobradores de impuestos y publicanos, pescadores, prostitutas y paganos, compartió la mesa con los 5.000 de la multiplicación de los panes
[4], donde había gente de todas las regiones de Israel, sanos y enfermos, ciegos y leprosos, matrimonios de esposos y adúlteros, pero sobretodo POBRES, ellos son los primeros invitados a la mesa del Señor a compartir el pan. Si Jesús volviese a multiplicar los panes y los pescados hoy para otros 5.000, COMPARTIENDO SU PAN Y SU MESA estarían los pobres sin duda a su lado y en los lugares de preferencia, gente de los campamentos, obreros de la construcción, los enfermos de SIDA, los alcohólicos, homosexuales, las madres solteras, los peruanos, bolivianos y mapuches.


La eucaristía, nuestra acción de gracias, no puede ser objeto de exclusividad de un grupo social, sea pobre o rico, poderoso u oprimido, debe ser lugar de encuentro, debe ser la mesa de todos. No una mesa que compartimos por vez única el domingo o el sábado o el día que vamos a misa. Será una mesa de mantel puesto toda la semana, es misión que no termina con la bendición final del sacerdote, sino que es misión que comienza con en envío del diacono.


El acto de compartir el pan y el vino en la misma mesa, será un grito, una denuncia, una bofetada que nos mantenga con los ojos abiertos y el corazón despierto a la infinita presencia de Dios, a ver la injusticia, la opresión, el maltrato, la marginación, el abuso y a no quedarnos impávidos viendo, si no de movernos a tratar de remediar desde nuestro pequeño mundo y misión personal, al modo de Cristo, de manera que nuestra vida sea en palabras de San Alberto Hurtado “una misa prolongada”
[5], un continuo don de sí, un continuo, sacrificio, de cruz y resurrección. Que por supuesto exige COMPROMISO, es decir ponerse y abandonarse en manos de Cristo para transmitir el mensaje de las bienaventuranzas.
Gastón Rivera C.


[1] “Siete verbos elementales de acceso a la eucaristía”, Dolores Aleixandre – J. L. Caravias SJ, Cd “Fe y Vida”
[2] La Ultima Cena del Señor. Evangelio de San Lucas 22: 15-20
[3] ¿Qué es la misa? Pedro Casadáglia. – J. L. Caravias SJ, Cd “Fe y Vida”
[4] Multiplicación de los panes y los pecados. Evangelio de San Juan 6: 1 - 14
[5] “¡Mi vida es una misa prolongada!” – Alberto Hurtado. Un fuego enciende otros fuegos.

martes, marzo 14, 2006

PADRE NUESTRO LIBERADOR

Padre nuestro, que a veces no estás,
porque no te veo, o porque te desconozco,
porque mi gente no te busca o los
ahogos diarios no dejan que tu luz les llegue,
que con brisa entras y con el ruido te vas
y dejas colmado el aire de esperanza.

En el cielo, si allí es el lugar donde vives
o acá abajo, que habitas entre mis hermanos
los callejeros, o los vagos, los borrachos o los
sin techo, entre los que no te conocen y
los que te venden, como un cordero
para Navidad o Año nuevo.

Santo es tu nombre, sin apellido, sin
marcas, ni huellas, sólo siendo el que eres
de lejos o de cerca, con verdades o mentiras
sólo tu, no necesitas adornos, ni carnet, ni
AFP, ni Isapre, simplemente Dios, aunque
a veces cueste nombrarte.

Tu Reino, aquí construimos, lento, entre
miserias y campamentos, entre muerte
y pobreza, con corrupción y con estafas, con
esperanza en los mártires, en las luchas de
cada día, de la verdulera y del pescador, con
el pueblo, que en silencio camina,

Haciendo tu voluntad o dejando la nuestra
de lado, venciéndose día a día, para llenar
la despensa o al menos rezar en calma;
dejando las ganas en la playa pa’ subir
la montaña de la vida contigo; aunque ‘l
hambre doble las piernas o grite el llanto.

En la tierra mojada y fecunda, en el
mar inmenso, en todo cuanto tocas o
dejas de tocar; en el cielo nublado o sin
ellas, donde el sol azota y madura el trigo
donde la cosecha colma la panza y donde las
manos se juntan para llenar la carreta.

Danos si queda un poco de pan; no para mi,
para los que no tienen, a los que no pueden
pagar por él; el pan justo, democrático
que no está manchado con sangre inocente;
pan del futuro para los hijos de mi patria
nutritivo, liberador, lleno de sabor a igualdad.

Perdón para nuestras heridas, las cerradas y
las abiertas; perdona también a los que
se devoran, los que se insultan y que
enmudecen, perdona nuestros atentados, las
bombas, los asesinatos y abortos; nuestros robos
y los asaltos; a las milicias insensibles y a las otras.

Así como también intentamos perdonar
aunque nos cuesta; perdón del difícil, sin odiar
primero; perdonar gratis, sin boleta, ni
factura, sin impuesto, sólo con el valor
agregado de amar perdonando a los que
nos hirieron en lo profundo o solo por encima.

No nos dejes caer, aunque la tentación
sea grande, aunque sea más difícil, a
crédito y con muchas cuotas, libéranos
de caer de rodillas a los pies del dinero
de la mentira, del abuso, de la ira,
de la injusticia, del frío o del destiempo.

Del mal libéranos también, aunque te signifique
más trabajo; libéranos de mal decir,
de no amar, de no luchar, de solo flotar,
de adormecernos, o de salirnos del mundo,
de anestesiarnos de los dolores propios con
la rutina y de los ajenos con la soberbia.

Amén

viernes, diciembre 23, 2005

Reflexión veterinaria del acompañamiento de historias de vida

Salmo 139 (Extracto)
“Señor, tú me haz examinado y me conoces;

Tú conoces todas mis acciones
Aún desde lejos te das cuenta de lo que pienso
Sabes todas mis andanzas
¡Sabes todo lo que hago!
Tú fuiste quien formó todo mi cuerpo
Tú me formaste en el vientre de mi madre…
No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo
Mientras yo era formado en lo secreto
Mientras era formado en lo más profundo de la tierra
Tus ojos vieron mi cuerpo en formación…
Habías señalado los días de mi vida
Cuando aún no existía ninguno de ellos”


La gestación en la gran mayoría de los mamíferos es un periodo de larga duración a veces meses (caninos) en otros años (paquidermos), en una vaca por ejemplo la gestación tarda 280 días, algo así como 9 meses (cualquier cercanía con otra especie es mera coincidencia) y el resultado es una cría que pesa entre 35 y 40 kilos y así en muchas otras especies, sin embargo el comienzo es siempre muy similar, dos células pequeñas microscópicas, de fracciones de milímetro se encuentran y entre sí dan origen a la vida, en silencio sin bulla ni escándalo. Esa nueva vida en muchos casos no podemos detectarla hasta ya varias semanas de ocurrida la fecundación, por lo que la madre y el resto no se ha percatado siquiera de la condición en que se encuentra, por lo mismo este es el periodo de mayor fragilidad para la nueva vida.

Una vez ya formado íntegramente el embrión se desarrolla hasta formar un feto, ya con todos sus órganos, un sexo definido, un rostro. A partir del cuarto mes ya se hacen evidentes en la madre los cambios que supone la gestación. Llegado el noveno mes el feto del ternero esta ya listo para nacer, solo falta que decida hacerlo y que su madre se disponga para el parto. Cuando el ternero este en posición y actitud fetal para el parto, éste se desencadenará, provocando la salida de la cría. Lo normal es que la vaca logre parir sola, sin ayuda, la que a veces es innecesaria, sin embargo, en otras ocasiones y por diversos factores es necesario ayudar, ya sea corrigiendo una mala postura fetal, como traccionando para lograr que la cría salga, es más también hay veces en que se hace necesario intervenir con una cesárea para lograr una cría viva y muchas veces a pesar de hacer nuestros mejores esfuerzos la cría puede morirse.
La vida espiritual muchas veces se parece a una gestación y más aún al parto. Nuestros comienzos en la Fe son siempre silenciosos y tibios, solo el Señor lo conoce, ni nosotros somos muchas veces concientes de esta “gestación” espiritual, que también puede estar llena de sobresaltos, dolores, caídas o “síntomas de pérdida” ya sea por debilidades en la oración, imagen errónea de Dios, traumas heredados o dificultades de la vida que hacen tormentosa nuestra relación naciente con el Creador. Y cuando parece que nuestra Fe está madura y lista para nacer, sobreviene la prueba, una muerte, un quiebre, una pelea, una separación, un divorcio, una decepción o una cesantía o la pobreza que hacen que nuestro “parto” espiritual se haga lento y dificultoso, nos tienen que jalonear de los brazos para salir o nos tienen que ayudar a corregir malas “posturas”, a veces también necesitamos “cesárea” espiritual, alguien nos tiene que ayudar cortando el vientre materno para que logremos que nuestra Fe madura nazca, crezca, se consolide y sea capaz de incendiar a otros con el fuego de Cristo. Aún así hay muchos que no terminan este camino y “abortan” o mueren luego del parto.
Ese alguien es muchas veces nuestro “Médico Veterinario espiritual”, el acompañante, es quien nos jalonea, o que tiene el bisturí en la mano presto a utilizarlo si es necesario, o tan solo observará con alegría si logramos salir solos desde el cálido útero progenitor. Esa es la vocación y a la vez misión más profunda del que acompaña, hacer que las líneas del salmo 139, esa relación íntima entre el Creador y la Criatura, se produzca, teniendo como base que el acompañante a pasado ya por su propia “gestación y parto” espiritual. Ese será su mayor tesoro, el saberse conducido por el Creador (desde su propia historia, sus propias alegrías y sus propios dolores) hacia el hermoso misterio del encuentro entre Dios y el otro, de hacerse parte gratuitamente por el ministerio del acompañamiento.

Gastón Rivera C.

POEMA "CRISTO VIEJO – CRISTO NUEVO"

Cristo viejo, del frío pesebre de Belén
de la tierra y del desierto, el destierro en Egipto
Y en Israel, peregrino y fugitivo.
Cristo nuevo, desnudo, del campamento
descalzo y hambriento, pequeño y sufriente
analfabeto, refugiado y escondido.

Cristo viejo, perdido en el templo,
Cristo dormido y silencioso, 30 años
en la sombra, en la larga espera.
Cristo nuevo, desaparecido, sin voz,
sin manos, cesante, indígena, extranjero,
esclavo o recluso, recluta y anciano.

Cristo viejo del bautismo en el Jordán
el peregrino del mensaje y la obra
apóstol cariñoso, de las mujeres y los niños
Cristo nuevo, de la esperanza, de la nueva
Iglesia, de laicos y curas, de mujeres
jóvenes y viejos, de casados y separados.

Cristo viejo, de los milagros, de las
Bienaventuranzas, del Padre nuestro
dueño del sábado, camino, verdad y vida.
Cristo nuevo, de Basílica o de parroquia
de la mesa sencilla, del pan y el cáliz con vino,
de la pala y la picota, de la madera y el arado.

Cristo viejo, del sembrador y la semilla,
de la tempestad en calma, del grano de
mostaza, y la multiplicación de los panes y los peces
Cristo nuevo, hambriento y sin ropa,
enfermo de Cáncer y de SIDA, Cristo
inválido, madre soltera, Cristo abortado.

Cristo viejo, el buen samaritano, conciencia
de los fariseos y los escribas, amigo de los
publicanos, prostitutas y pescadores.
Cristo nuevo, de las víctimas de lo injusto
del político soberbio e irresponsable, del
Oficial, prejuicioso y poco humano.
Cristo vejo, el buen pastor, el que sirve
el maestro, el agua de vida nueva, el templo
y el sacrificio, la vid y el fruto, el cordero.
Cristo nuevo, de Monseñor Romero, de Hurtado
de la Madre Teresa, de Juan Pablo II, Luther King
Gandhi, de Boff, de Ellacuría, de santos y mártires.

Cristo viejo, agónico en Getsemani, golpeado
de juicio injusto, azotado, coronado con espinas,
negado, traicionado, abandonado, quebrado.
Cristo nuevo, agnóstico o ateo, sin dios
inculpado, huérfano, preso y encerrado,
delincuente, traficante, burgués y poderoso.

Cristo viejo, caminante, con la cruz a cuestas
del calvario, crucificado, cansado, solo,
sin Padre, con el costado abierto.
Cristo nuevo, vagabundo sin casa, alcohólico
drogadicto, trabajador explotado, sueldo indigno
hacinado, sin tierra, en toma y con hambre.

Cristo viejo, del sepulcro cerrado, muerto,
bajo la piedra, silencioso, callado, a la espera
al encuentro del Padre, todo el sábado sin Él.
Cristo nuevo, asesinado por un cigarro,
mal atendido, negligente, en las colas de hospital
colgando en la micro, marginado por la ropa.

Cristo viejo, del sepulcro abierto, resucitado
de Emaús, de la orilla del lago, con las heridas
de la cruz, Cristo del fuego del Espíritu.
Cristo nuevo, del Hogar, que construye un techo
de mediaguas, que acoge, sana y trae esperanza
que vive y alienta, que nutre, alimenta y educa.

Cristo viejo, de Pedro, apóstol cimiento de
la Iglesia, de Pablo, el peregrino de la palabra
viva y quemante, pueblo cristiano naciente.
Cristo nuevo, de la liberación, de los laicos
de la Eucaristía, del Concilio y la paz, del pueblo
de Dios, de la alegría y de la Fe verdadera.

SRV!

CANONIZACIÓN DEL P. ALBERTO HURTADO SJ - III

¿Y que viene ahora?


En la madrugada del domingo 23 de Octubre la gran mayoría de los chilenos estuvimos conectados con la transmisión oficial desde Roma, donde pudimos ver en la plaza de San Pedro la gigantografía de un sonriente Alberto Hurtado, que tras la presentación de los otros cuatro beatos por el Cardenal Sarabia (Prefecto de la Congregación para la causa de los Santos) el Papa Benedicto XVI a las 5:05 hora chilena procedió a leer el decreto oficial de canonización del Padre Alberto Hurtado, lo que en todo Chile detonó una alegría colectiva cargada de gran emoción, devoción, llanto y felicidad, un batido de sentimientos y sensaciones que la verdad cuesta relatar y transmitir.

“Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón y a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22; 37-38). Este sería el programa de vida de San Alberto Hurtado. Que quiso identificarse con el Señor y amar con su mismo amor a los pobres. La formación recibida en la Compañía de Jesús, consolidad por la oración y la adoración de la Eucaristía, le llevó a dejarse conquistar por Cristo, siendo un verdadero contemplativo en la acción, en el amor, en la entrega total a la voluntad de Dios, allí encontraba la fuerza para su apostolado. Fundó el Hogar de Cristo, para los más necesitados y los sin techo, ofreciéndoles un ambiente familiar, lleno de calor humano. En su ministerio sacerdotal, destacaba por su sencillez y disponibilidad hacia los demás, siendo una imagen del Maestro, manso y humilde de corazón. Al final de sus días, entre los fuertes dolores de la enfermedad, aún tenía fuerzas para repetir, “Contento Señor, contento”, expresando así la alegría con la que siempre vivió.” Estas son las palabras que dedicó en español el Papa Benedicto XVI a nuestro Padre Hurtado.

Sin embargo hay muchas cosas que me quedan dando vueltas tras esta esperada canonización.

La primera es que para el miércoles 26 ya no se hablaba de Alberto Hurtado con el fervor apasionado de hace una semana atrás, para la gran mayoría de los medios de prensa hablada, televisada o escrita ya no era noticia, quizá porque ya no era motivo de “rating”, porque está claro que en los días previos a la canonización el canal que tuviera la mejor serie o el mejor reportaje reventaba el “people meter” o el periódico con el mejor suplemento reventaba las ventas. Tristemente es muy probable que con el pasar de los meses este fenómeno se vaya acrecentando y el tan “trillado” Padre Hurtado vuelva a las sombras de antaño, donde tan solo unos cuantos se nutrían de su pensamiento y participan de su obra, que lo tienen permanente como un motor de sus acciones, o como fuente inspiradora de su pensamiento.

La segunda, parece ser que aunque el Padre Alberto Hurtado desde ahora pueda ser llamado SAN ALBERTO, esto no cambia así de rápido la conciencia de las personas (recordemos que la fórmula de canonización fue leída en menos de un minuto), porque como todas las cosas que tengan olor al Padre Hurtado se venden aún como pan caliente, la gran mayoría de las personas prefieren mil veces comprar una póster o un rosario por $3.500, si esta bendito mejor y si viene desde Roma, eso puede transformarse en locura colectiva por comprar, sin embrago, son muy pocos que asimilan su pensamiento y la gran mayoría son incapaces y es más evitan a toda costa comprar el libro “Humanismo social”, “Es Chile un país Católico” o “El sentido Social: el legado ético del Padre Hurtado” por $4.500. Muchos otros encuentran atractivo el discurso del Padre Hurtado, pero nunca se suscribirían a la Revista “Mensaje” fundada por él.
El problema no está en los mil pesos de diferencia (que a quienes quieran tener algo del P. Hurtado a toda costa, importa muy poco), sino en los miles de kilómetros de diferencia que hay en ver un Alberto Hurtado “milagrero, que pudiera competir con el Padre Pío o con San Expedito”
[1], que es más bien un recuerdo, un Padre Hurtado de souvenir, y así nos vamos quedando con una versión antiinflamatoria, opioide y anestésica de un Alberto Hurtado sonriente y bonachón, pero inofensivo, que tiene un mensaje cálido, pero recubierto de teflón, porque “no me toca, ni se me pega en nada”, en vez de quedarse con un Alberto Hurtado actual, desafiante, de un pensamiento y un liderazgo indiscutible, que remese las conciencias de todos, un Alberto Hurtado que escribe, que publica, que llora y que busca su fuerza en su encuentro diario con Jesús en el Pobre y en la Eucaristía.

La tercera y última, es que como consecuencia de lo anterior, los que seguirán trabajando en las muchas obras que a diario se emprenden a favor de los más pobres, los niños, los alcohólicos, drogadictos etc., serán las mismas personas. Quizá sean muy pocos los que se sientan llamados a compartir la misión de Cristo, bajo el alero del Padre Hurtado después de la Canonización, es más muchos que podrían haberla visto y participado de ella, hicieron vigilia, pero en medio de un carrete tremendo, o estuvieron en la vigilia, pero sin la menor intención de dejarse afectar por lo que allí se estaba viviendo. Si alguien se sintió tocado por lo que allí se vivió o en algo movió su espíritu, por favor, NO ESPERES A QUE SE TE PASE, HAZ ALGO.

Todos estamos llamados a vivir la santidad
[2] y compartirla con Alberto Hurtado, con lo que cada uno tiene y puede aportar a la misión de Cristo; la construcción del Reino. La obra y el pensamiento del Padre Hurtado, no mueren y no se desvanecen con el segundo milagro, ni con la canonización que celebramos el 23 de octubre. Esta fecha marca algo, pero en ningún caso el término de la causa por la que tanto luchó Hurtado, LA JUSTICIA, la caridad viene después. Y ojo que la falta de justicia no solo se vive en los juzgados o se materializa en el descriterio o la irresponsabilidad de los jueces y abogados, sino en el día a día en cualquier trabajo o profesión; constructor, profesor, ingeniero, médico, agrónomo, auxiliar, enfermero, barrendero, camionero, arquitecto, micrero, leñador, fotógrafo, periodista, pintor, veterinario, actor, cartonero, sacerdote, periodista, escritor, biólogo, contador, historiador, mamá, papá, secretaria, gasfiter, , electricista, político, presidente, etc., da lo mismo.

Si cada uno en su trabajo da lo justo, quedamos igual, hay que dar “lo que es justo” y esto es generalmente un poco más del 100%, no hacerlo es una irresponsabilidad moral y social, una injusticia. Así como el comercial de cerveza Cristal, en que hipotéticamente se plantea un país maravilloso, si tan solo se devolviera la luca que te prestaron, imagínate lo que sería nuestro Chile, si cada uno se esforzara por ser más justo en lo que le toca. IMAGÍNATELO creo que ese es el país con el que soñó toda su vida San Alberto Hurtado, el ya hizo lo que estuvo a su alcance (que no fue poco), le habría gustado hacer más, sin embargo cabe preguntarse verdaderamente ¿que estamos dispuestos a hacer nosotros?


Gastón Rivera C.
[1] José Aldunate SJ, en “Luces y sombras de una canonización”, página 5, diario “La Nación”, domingo 23 de Octubre.
[2] Lumen Gentium 32

CANONIZACIÓN DEL P. ALBERTO HURTADO SJ - II

Reflexión para los que no iremos a Roma


En 1539 San Ignacio de Loyola llega a Roma junto a los primeros miembros de la “mínima” Compañía de Jesús, pero antes de entrar en la ciudad, tiene una visión en que “sintió tal mutación en su alma y vio tan claramente que Dios Padre le ponía con Cristo, su Hijo, que no tendría ánimo para dudar de esto”
[1]. Hoy la conocemos como Visión de la Storta, con ésta su Señor y Criador lo recibe en la ciudad, con la promesa cierta de serle propicio en ella. Sin embargo el deseo de Ignacio y también de sus compañeros era marchar hacia tierra de Cristo, Jerusalén. Al poco tiempo consiguen las licencias papales para poder ir, pero no consiguen embarcar, y en respuesta deciden poner a la mínima Compañía al servicio de Papa, Paulo III, quien ofrece al peregrino y a sus compañeros la frase “Roma es también Jerusalén”[2], con lo que se cumplía la promesa que su “Señor y Criador” le sería propicio en Roma. Desde entonces Ignacio no pensará más en el viaje y hará de toda Europa su Tierra Santa, la misma que lo verá fallecer 17 años más tarde, a unas pocas cuadras del Vaticano.

Tras leer este breve trozo de historia, y teniendo en cuenta que la gran mayoría de los chilenos, no viajará próximamente a Italia, ya sea por no dejar botadas las responsabilidades del trabajo, de la familia o por no tener el dinero suficiente para el viaje, no nos quedará más opción que mirar la ceremonia de canonización de nuestro querido padre jesuita, Alberto Hurtado Cruchaga, la que lo elevará a lo más alto de los altares a partir del esperado Octubre 23, en la televisión, desde nuestras casas y seguramente ese domingo nos levantaremos muy temprano o bien trasnocharemos desde el sábado, dado que por la diferencia horaria no tendremos opción de verla en un horario “cómodo” para nuestro país (será como a las cuatro de la mañana). Ni hablar en soñar que el Papa Benedicto XVI viniese para esa fecha a Chile, a canonizar al Padre Alberto Hurtado “A DOMICILIO”.

Más allá de si este último sueño pudiere hacerse realidad (lo cual haría más plena nuestra alegría, pero que a todas luces parece imposible), la interrogante que planteara en el siglo XVI el Papa Paulo III a San Ignacio, podríamos también hacérnosla hoy. En su tiempo la pregunta de fondo nació de la frase “Roma es también Jerusalén”, para nosotros hoy sería “Chile es también Italia y nuestra cuidad puede también ser Roma”, con la salvedad de guardar las proporciones entre los países y continentes o cualquier otro objeto de comparación que se nos pueda ocurrir. Y la pregunta que surge no es menor, ya que si nos ponemos a criticar “envidiosamente” a quienes pueden y efectivamente peregrinarán a Roma, pero por el contrario nos quedamos sentados, mirando perezosamente sin hacer nada en nuestro país, en nuestra ciudad, en nuestro barrio o en nuestra casa para celebrar la santificación de Alberto Hurtado, la verdad la crítica anteriormente hecha, no tiene ningún peso, ni mucho menos valor moral.

Tras escuchar atentamente en una charla a Benito Baranda (Director social del Hogar de Cristo) realizada el jueves 14 de julio recién pasado en que ese refirió a la pobreza, la indigencia y el sentido social y la falta de oportunidades de los más humildes, ya al finalizar la charla y luego de un comentario de Benito (donde hacía referencia que no irá a Roma, junto al capellán nacional y muchos otros del Hogar de Cristo no lo harán, salvo por derecho propio el Padre Renato Poblete SJ) sentí un sano orgullo de no querer ir a Roma y a la vez muy contento de haber escrito la reflexión anterior, pero por el contrario sentí un fuerte cuestionamiento personal y por ende de algún modo comunitario, dicho en palabras de San Ignacio ¿Qué estoy actualmente haciendo por Cristo?
[3], o bien ¿Qué estamos actualmente haciendo por Cristo?

Y la pregunta surge, porque a pesar de no ser una pregunta nueva (San Ignacio la formuló en 1548), Alberto Hurtado se hizo esta pregunta en su tiempo ¿Qué estoy actualmente haciendo por Cristo?, y por lo demás buscó incansablemente una respuesta, hasta dar con esta frase bien conocida, “hacer lo que Cristo haría si estuviese en mi lugar”
[4]. Pero Alberto Hurtado no se quedó allí, en la incansable búsqueda de la respuesta, ni mucho menos en la frase que daba respuesta a la pregunta. Alberto Hurtado se propuso firmemente llevar esto hasta el límite, que la frase “hacer lo que Cristo haría si estuviese en mi lugar” fuera un estandarte grabado a fuego en su vida, de modo que las palabras se convirtiesen en obras concretas, llevando con ello a encender a muchos otros con su fuego apostólico. Esto lo llevaría a aventurarse en empresas casi temerarias, a pesar de que su modo de actuar y de pensar le trajera como consecuencia, cuestionamiento, discordia y también la incomprensión del mundo obrero, católico y político de su tiempo y más aún dentro de los jesuitas chilenos.

Por lo anterior no parece tan descabellado que con motivo de la canonización del Padre Alberto Hurtado y sintiéndonos inspirados por su legado y obra, contagiados de su fuego, nos volvamos tan “chiflados” por el amor a Cristo que pensemos en hacer algo por los hermanos cristianos más pobres y es más no solo pensemos, sino que transformemos nuestras ideas y sueños en obras concretas. Porque en definitiva, en hacer algo por el Cristo que hoy sufre, por muy insignificante que esto sea o parezca, será el mejor modo de celebrar la obra, el pensamiento, la vida y el legado de Alberto Hurtado. Y quizá esta misma pregunta deberían hacérsela muchos otros también, aunque claro, no hayan estado presentes en la charla de Benito.

Este es el mismo espíritu que alimentó inconscientemente a los 95 jóvenes de CVX y Scout que participaron de la SEMASOL (Semana Solidaria) trabajando en tres campamentos de la periferia de Rahue Alto en Osorno. Es ese el fuego que esparce Alberto Hurtado, el de sembrar esperanza, el que nos vengan grandes deseos de servir y amar a Cristo en nuestro hermanos, de sentirnos “Chiflados”, porque estos chicos de la SEMASOL están chiflados. Nadie regala una semana de vacaciones, para trabajar como obrero de la construcción, reparando viviendas, haciendo agregados, ampliaciones, cambiando techumbres, además pagando por hacerlo, soportando el frío el cansancio y venciendo el desgano tan innato en muchos jóvenes. Nadie hace este tipo de cosas sino esta “chiflado por seguir a Jesús” y este tipo de jóvenes están dispuestos a luchar por la justicia para con los más pobres, llevando firmemente en su mano la bandera de Cristo.

Ese es un digno ejemplo que podemos imitar para conducirnos de un modo más verdadero hacia la fecha clave. El tiempo avanza, la cuenta regresiva ya comenzó, ¿Qué estas TÚ dispuesto a hacer HOY por Cristo, tal como Alberto Hurtado lo hizo en su tiempo?

Gastón Rivera C
[1] San Ignacio de Loyola. Autobiografía, capítulo X
[2] José Ignacio Tellechea Idígoras. “San Ignacio: sólo y a pié”
[3] San Ignacio de Loyola. Libro de los Ejercicios Espirituales, N° 234
[4] Alberto Hurtado. Retiro a Profesores de la Universidad Católica, 1940

CANONIZACIÓN DEL P. ALBERTO HURTADO SJ I

Sin duda que el 23 de octubre pasará (siendo una fecha que en nuestro calendario no tenía mayor importancia, salvo para los que llevan por nombre Remigio), a ser recordado a contar de este año, como un día donde aconteció uno de los hitos de gran relevancia para todo el pueblo de Chile. Porque ese día en la Plaza de San Pedro, frente a los miles de fieles que allí se congreguen, junto a la inmensa mayoría de fieles que a través del mundo veremos por televisión, cuando el Papa Benedicto XVI proclame como nuevo santo de la Iglesia, al padre jesuita chileno, Alberto Hurtado Cruchaga (1901-1952), nuestra alegría será inmensa, no cabe ninguna duda, más aun para el mundo católico, y en especial para todos quienes se nutren de su espiritualidad, muy ignaciana por lo demás.

Sin embargo, luego de leer algunos escritos de Alberto Hurtado, al revisar su biografía, algunos de los libros que publicó en vida (por ejemplo “Humanismo Social”), pero en especial al leer un libro publicado hace muy poco (junio del 2005) por otro jesuita, Tony Mifsud (Director del Centro de Ética de la Universidad Alberto Hurtado) titulado “Sentido social: el legado ético del Padre Hurtado”, me han surgido muchas interrogantes, respecto de esta tan importante celebración, y por cierto que éstas podrían interpelar profundamente a muchos católicos e ignacianos, partiendo por quien escribe.

Muchas empresas de turismo y casas comerciales han comenzado desde hace ya varios meses a promocionar paquetes turísticos con días de hotel, pasajes, “Entradas a La Canonización” y todo tipo de subvenir, todo incluido, para asistir a esta celebración que al parecer en el transcurso de los meses y cada vez más a medida que se acerca la fecha, se va transformando en un “evento”. El valor promedio de estos paquetes turísticos bordea el $1.200.000 por persona y sin duda que cientos de chilenos (o miles, ¿quién sabe?) estarán dispuestos y ansiosos por juntar ese dinero, otros ya habrán pagado tal cifra, otros están pensando simplemente en “encalillarse” por muchos años para no perderse el “evento del año”, con la satisfacción única de haber estado allí y quizá sin haberse interiorizado más profundamente en la personalidad, pensamiento y obra de Alberto Hurtado.

Bajo este escenario, como anteriormente se mencionó, cabe preguntarse muchas cosas, como por ejemplo; ¿Que pensaría Alberto Hurtado de verse transformado en objeto de “negocio” de casas comerciales y agencias de viaje? ¿Qué le diría o que mensaje le daría para estas personas que desean llegar a endeudarse para ir a Roma? ¿Qué opinaría Alberto Hurtado al verse convertido en producto rentable?, porque este año seguramente todo lo que tenga que ver con el Padre Hurtado se venderá como pan caliente. Es seguro que ninguna de estas preguntas tendrá una respuesta, tal vez una muy buena aproximación en aquellos más conocedores de su pensamiento, pero a todas luces parece ser que el Padre Hurtado no estaría muy de acuerdo con que los católicos al menos despilfarraran tal cantidad de dinero en una celebración. Es más, no esta demás hacerse la pregunta ¿Iría Alberto Hurtado a su propia canonización? Probablemente no. Lo más seguro es lo consideraría una falta y carencia absoluta de sentido social, el gastar tanto dinero.


En las propias palabras de Alberto Hurtado, escritas hace 58 años:

“Las manifestaciones cotidianas de la falta de sentido social, no van manchadas con sangre, pero sí de falta de justicia, de respeto, de delicadeza. No destruyen un pueblo pero le impiden tener el grado de bienestar a que tiene derecho. A veces no son faltas contra la justicia, pero sí contra la caridad; no quitan, pero tampoco dan; no matan ni roban, pero tampoco aman ni sirven. Los que tienen ¿están resueltos a ceder parte de sus privilegios para que los que no tienen posean algo?
[1]

Basta tan solo con pensar en todas las cosas que el Padre Alberto Hurtado podría hacer con todos esos millones (recordemos que ir a Roma cuesta $1.2 millones por persona y en varios miles de chilenos son muchos millones), quizá abriría más hospederías, crearía nuevas obras, o ampliaría lo que ya existe, crearía escuelas, ayudaría a países vecinos, damnificados de terremotos, etc., sin duda muchas cosas, soñar no cuesta nada.

Y esto es válido de preguntarse porque (es probable y muy cierto) muchos de aquellos que eran los favoritos de Alberto Hurtado (por cierto también de Jesús), ”los patroncitos”, los que viven y duermen en la calle tapados con cartones, los indigentes, los que no aparecen ni en registros y estadísticas de Gobierno, los que viven con menos de $25.000 al mes, los que roban para alimentarse o que mendigan hurgando la basura, los que vagan por las calles empapados en la lluvia, ebrios y sin hogar, muchas veces enfermos. Esos, todos ellos, seguramente no tendrán cerca siquiera un televisor o un lugar cómodo, tibio y seco donde ver a la distancia al Papa Benedicto XVI canonizar a este siervo de Dios que tanto los quiso y que tanto luchó por la defensa de sus derechos en la sociedad y esto es porque para Alberto Hurtado todas esas personas son Cristo, Alberto Hurtado veía al mismo Cristo encarnado en cada pobre, en cada niño, en cada anciano e indigente, y no descansaba hasta poder dar alivio al dolor de esos “samaritanos”, porque para el Padre Hurtado eso era dar alivio, alojo, comida, abrigo y cariño al mismo Cristo.

Tal vez el Padre Alberto Hurtado estuviera más “contento” (eso tampoco es certeza) con que sólo algunos de esos miles de chilenos que pretenden gastar millones en ir a Roma para verlo elevado al sitial más alto, pudieran también verlo y vivir siendo parte de su legado en Chile. Ya sea haciéndose socio del Hogar de Cristo, con un aporte mínimo o que alguno se comprometiese con una obra social donde pueda servir a otros, regalando tan sólo su tiempo, o con otros aportes similares, más que gastar dinero que a veces no se posee, para sentirse parte del espíritu y legado del Padre Hurtado, y después muy tranquilo poder decir “yo estuve en la Plaza San Pedro el 23 de octubre del 2005” y orgullosamente mostrar a los amigos y conocidos todas las fotografías que seguramente ese día se sacarán por miles.



Gastón Rivera C.
[1] Humanismo Social, Capítulo VII, 1947.