martes, marzo 14, 2006

PADRE NUESTRO LIBERADOR

Padre nuestro, que a veces no estás,
porque no te veo, o porque te desconozco,
porque mi gente no te busca o los
ahogos diarios no dejan que tu luz les llegue,
que con brisa entras y con el ruido te vas
y dejas colmado el aire de esperanza.

En el cielo, si allí es el lugar donde vives
o acá abajo, que habitas entre mis hermanos
los callejeros, o los vagos, los borrachos o los
sin techo, entre los que no te conocen y
los que te venden, como un cordero
para Navidad o Año nuevo.

Santo es tu nombre, sin apellido, sin
marcas, ni huellas, sólo siendo el que eres
de lejos o de cerca, con verdades o mentiras
sólo tu, no necesitas adornos, ni carnet, ni
AFP, ni Isapre, simplemente Dios, aunque
a veces cueste nombrarte.

Tu Reino, aquí construimos, lento, entre
miserias y campamentos, entre muerte
y pobreza, con corrupción y con estafas, con
esperanza en los mártires, en las luchas de
cada día, de la verdulera y del pescador, con
el pueblo, que en silencio camina,

Haciendo tu voluntad o dejando la nuestra
de lado, venciéndose día a día, para llenar
la despensa o al menos rezar en calma;
dejando las ganas en la playa pa’ subir
la montaña de la vida contigo; aunque ‘l
hambre doble las piernas o grite el llanto.

En la tierra mojada y fecunda, en el
mar inmenso, en todo cuanto tocas o
dejas de tocar; en el cielo nublado o sin
ellas, donde el sol azota y madura el trigo
donde la cosecha colma la panza y donde las
manos se juntan para llenar la carreta.

Danos si queda un poco de pan; no para mi,
para los que no tienen, a los que no pueden
pagar por él; el pan justo, democrático
que no está manchado con sangre inocente;
pan del futuro para los hijos de mi patria
nutritivo, liberador, lleno de sabor a igualdad.

Perdón para nuestras heridas, las cerradas y
las abiertas; perdona también a los que
se devoran, los que se insultan y que
enmudecen, perdona nuestros atentados, las
bombas, los asesinatos y abortos; nuestros robos
y los asaltos; a las milicias insensibles y a las otras.

Así como también intentamos perdonar
aunque nos cuesta; perdón del difícil, sin odiar
primero; perdonar gratis, sin boleta, ni
factura, sin impuesto, sólo con el valor
agregado de amar perdonando a los que
nos hirieron en lo profundo o solo por encima.

No nos dejes caer, aunque la tentación
sea grande, aunque sea más difícil, a
crédito y con muchas cuotas, libéranos
de caer de rodillas a los pies del dinero
de la mentira, del abuso, de la ira,
de la injusticia, del frío o del destiempo.

Del mal libéranos también, aunque te signifique
más trabajo; libéranos de mal decir,
de no amar, de no luchar, de solo flotar,
de adormecernos, o de salirnos del mundo,
de anestesiarnos de los dolores propios con
la rutina y de los ajenos con la soberbia.

Amén

2 Comments:

At 2:43 a. m., Blogger Kathalina said...

que hermosas palabras...dios te bendice.. besos!

 
At 2:43 a. m., Blogger Kathalina said...

que hermosas palabras...dios te bendice.. besos!

 

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