EL DINERO NO TIENE ESPIRITUALIDAD
Durante algún tiempo le he venido dando vueltas a un tema no menor hoy por hoy. Me quiero referir al dinero y todo lo que ello implica que por lo demás son muchas cosas.
Durante mucho tiempo de nuestras vidas esta cuestión del dinero pasa frente a nuestras narices sin tener o conllevar mucha importancia y me refiero al hecho que cuando somos niños el dinero importa bien poco, no va mas allá de trocitos de metal con monitos en ambos lados o papeles con señores de bigote dibujados en ellos. La conciencia primera del dinero al menos para mi comienza al darme cuente que como dice el dicho “con monedas, se compran dulces”. Por mucho tiempo fue así y que daría porque volviera a ser así. Avanzando en edad creo que no recuerdo el punto preciso en donde el dinero tomó importancia, aunque no se si importancia sea el adjetivo más adecuado, diría mejor relevancia. Si me acerco a la época de la universidad, creo interpretar a la gran mayoría, pienso que todos los que entran a estudiar algo luego del colegio, no lo hacen para terminar pidiendo monedas en la calle, sin desmedro de las persones que por diversas razones y circunstancias han tenido y tienen que hacer esto para tener algo que poner en la olla, lo dice el evangelio: “quien a su hijo le dará una serpiente si pide un trozo de pan”. Y esto pasa simplemente porque todos quieren ganar el justo dinero que merecemos gracias al esfuerzo de haber estudiado unos largos años y haber pagado por hacerlo o que por lo menos nuestros padres, a veces con gran esfuerzo pagaron por nosotros..
Sea cual sea tu profesión u oficio, Médico, Abogado, Profesor, Gásfiter, Electricista, Zapatero, da lo mismo, cada uno busca incansablemente, conciente o inconcientemente, tener algo de dinero con su trabajo, y cuando se consigue, la verdad se siente una satisfacción bastante especial, especialmente si te has roto el lomo para obtener ese medio. Muchas veces este medio traspasa todas las aspiraciones personales, porque lo que se busca no es el propio bienestar, sino de los que están más cerca, la madre, el padre, la abuela, los hermanos, sobrinos, los hijos, etc. Pero del mismo modo ese medio, inicialmente noble, el de conseguir tener “unas lucas” en el bolsillo, se ve corrompido en si mismo, cuando el dinero en si se torna un objetivo, un punto final en sí.
Son muchas las imágenes que muestran a Jesús rechazando determinantemente el apego enfermizo al dinero, sin embargo la imagen del diálogo conmovedor que tiene con el joven rico, es quizá el mejor ejemplo, tan buen ejemplo que al menos tres evangelios relatan este encuentro [Marcos 10: 17-31, Mateo 19: 16-30, Lucas 18: 18-30], presento la escena al modo de Lucas; “Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy rico. Al ver Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”. Como para pensarlo no…
Sin embargo, son también muchos los ejemplos donde Jesús redime públicamente a quienes se despojan del dinero o bien lo utilizan en pos de la salvación. Por ejemplo; la ofrenda de la viuda pobre [Lucas 21: 1-4, Mc 12: 41-44], el Fariseo y el Publicano [Lucas 18: 9-14], Jesús llama a Mateo [Mateo 9: 9-13, Mr. 2.13-17; Lc. 5.27-32], Jesús y Zaqueo [Lucas 19: 1-10], Las bienaventuranzas [Mateo 5: 1-12, Lc. 6.20-23)].
Para mi el mensaje es claro, para Jesús, al menos, el dinero, los valores y las pertenencias, carecen de cualquier relevancia a la hora de ganar puntos con “el Patrón” como le llamaba San Alberto Hurtado SJ, es más, nuestro Santo llama a despojarse de él, o al menos de tomar conciencia cierta que no es lo más importante y que no es más que solo un elemento, sólo un medio, útil por cierto, pero que no nos pone en sintonía con el mensaje que Jesús intentó incansablemente transmitir. Puedo decir por tanto con toda tranquilidad que el DINERO NO TIENE ESPIRITUALIDAD. No sirve para transmitir una experiencia de fe, no nos es útil para llevar a otros nuestra vivencia espiritual, nuestro particular modo de vivir y transmitir la necesaria confianza fundamental que tenemos en Jesús y su mensaje, es decir nuestra espiritualidad.
Sin embargo, el modo de actuar no está tan claro, porque hoy por hoy, cada día cuesta más y más despojarse del dinero, de las pertenencias, para ganar en libertad, en caridad efectiva y operante, que sea verdadero reflejo de lo que nuestra fe y nuestra propia y única espiritualidad nos demanda y exige. No es raro encontrarse con hermanos que se pelean como hienas por un cadáver al momento de repartir una herencia, padres e hijos que discuten por cuentas, familias enteras en discordia por el dinero. Nadie quiere pagar la cuenta del restaurante o invitar un par de copas o simplemente pasar a dejar a un amigo a su casa porque la gasolina es cada vez más costosa. Probablemente la gasolina no nos lleve nunca a encontrarnos con Dios, ni encienda ningún motor que mejore nuestra espiritualidad, pero si una pequeña chispa puede encender nuestra caridad y nos lleve a tomar nuestros miserables bienes con libertad que nos permita en cualquier momento de nuestras vidas, si las circunstancias lo demandan, dejarlo todo y seguirlo, como muchos ya han hecho, y quizá podamos algun día imitar.

2 Comments:
Gracias!.
Lucho
Es todo muy cierto, pero aún así es tan difícil, aún así cuesta tanto despojarse de la plata, aún así cuesta tanto no tener la plata como un fin, sino que dejarla como un simple medio, la plata siempre termina siendo la que manda, que lata, no es verdad?, pero a pesar de todo, aún así soy feliz, porque sé que lo que más me llena, lo que más me pone feliz no es la plata, sino que los sentimientos, la alegría de poder disfrutar un almuerzo en familia, o de poder juntarme con mis amigos, de cumplir metas, de lograr objetivos, nose, la plata es lo que menos importa, a veces, ni siquiera es digna de consideración, si tienes plata, bien, comparte, y si no tienes, tranquilo, ya habra alguien que comparta contigo, siempre hay gente que aún no es vencida por la codicia.
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